La carta que nunca llegó.
Te dije que te odiaba, porque no puedo entender que te pueda querer. Cierto es que el amor no entiende de razones pero soy más complicada de lo que pensaba. En estos tiempos que corren, en el que todo es rápido, deprisa, ahora y aquí. Echo de menos tener tiempo para lo que me gusta. Estar contigo. Tener tiempo de calidad, en el cual pueda besarte con suavidad, ser consciente de cómo va a ocurrir ese beso, desearlo más que nada en el mundo. Perderme en él. Perderme en ti. Sentir como el hambre que tengo por ti se va saciando a medida que nos vamos comiendo a besos. Siempre dices que nos merecemos vivir esto. Estoy de acuerdo. Decidí vivir sin ello y el volver a verte después de casi un siglo ha sido como si el tiempo no hubiese pasado. ¿ El tiempo se para por nosotros? Es impresionante lo que puede conseguir una caricia de una mano amada. Es impresionante lo que puede llegar a estimular el gemido de la persona deseada. Es impresionante compartir tu espacio con las mano
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