Dejaste de mirarla.
Dejaste de mirarla.
Parece ser que para el ser humano, cualquier tiempo pasado fue
mejor que la que estará viviendo y por eso muchas personas no son capaces de
disfrutar de lo que ocurre en cada momento. En eso estaba pensando Clara cuando
sonó el sonido del whatsapp. Sabía quién era. Y en el fondo no quería saber
nada de él. Pero debía reconocer que estaba pillada por él. En un mundo paralelo,
ella podría vivir con él y ser felices, pero en este mundo, las cosas sencillas
se hacían complicadas.
Sin ganas, cogió el móvil. Leyó el mensaje. Al terminar de leerlo pensó:
“Dejaste de mirarme, por fin lo has hecho”- Se había preguntado
muchas veces cuanto tiempo aguantaría él y ahí estaba. ¿Pero en un mensaje?
¿No se había ganado el respeto que una se merece para que la dejen
en persona.?
Sintió rabia, dolor, impotencia, mientras volvía a releer el
mensaje.
"Esto no tiene sentido. He escrito este mensaje más de las
veces que me gustaría reconocer y...
Seré breve y conciso. No quiero seguir con esto".
Sonrió porque su cabeza lo asimilaba pero su corazón no. Era
la derrota después de una gran batalla. Batalla que había perdido pero que
ilusa de ella, llegó a pensar en su día que ganaría.
En ella había dos personas, la romántica y la realista. La romántica
deseaba que esa relación funcionara. Deseaba que él pudiera vencer sus miedos
por ella. Deseaba que él fuera capaz de verse a sí mismo como ella le veía. La
realista, siempre vio que era una relación abocada al fracaso. El tenía
demasiados lados oscuros. El no estaba dispuesto a abrir esas puertas que
estaban cerradas a cal y canto para permitirla el paso. Para él…ella solo era
alguien con quien pasar el rato hasta que se cansara. La realista lo veía, pero
la romanticona, no era capaz de asimilar
el que él no la quisiera como ella le quería.
Las cosas son como son, si alguien no quiere estar contigo, poco
puedes hacer. Y en los tiempos que corren, el whatsapp es un medio más para
dejar las relaciones o empezarlas.
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