Una cita para San Valentín
Una cita para San Valentín.
Una vez a la semana
se encontraba con ella en la cafetería. Él le sonreía y ella le correspondía
con una sonrisa más perfecta. No se atrevía a pronunciar palabra por si la magia que estaba naciendo entre ellos
dos desapareciera.
Cada día esperaba ansioso el momento de encontrarse con ella.
Sus amigos le habían animado a que le dijera algo, que le
invitara a un café, que le hablara, que no solo le sonriera, si no que, diera un
paso hacia delante. Él era tímido y tenía
miedo al rechazo como cualquier otro.
El día antes de San Valentín, ella entró en la cafetería, y a él se le paró el corazón.
Estaba más guapa que de costumbre, si es que cabe estar más
guapa. Ella se tomó su café con su amiga y cuando iban a pagar, él se levantó
de su mesa y sin ser consciente del todo se fue directo al camarero.
- Pago la cuenta de las señoritas.
Las dos chicas se quedaron
mirándole sin atreverse a decir nada. El
se sintió morir, su timidez se estaba adueñando de él y de su boca salió la
letra de “Perfect” de Ed Sheeran. Le cantó el estribillo ahí en la cafetería,
con todo el mundo mirando. Ella estaba atenta y sonría y eso le animó a poder
terminar ese gran estribillo. Y cuando terminó le dijo:
-Me pareces la mujer más perfecta que he visto en
mi vida y me gustaría tener una cita contigo si es posible
Ella estaba más anonadada que él,
ya que era incapaz de articular sonido alguno. Su amiga le dio un codazo. Y
ella le volvió a sonreír.
- Si un chico me canta… yo me doy la oportunidad
de conocerle.
- ¿Te parece bien mañana? para cenar, comer, merendar lo que tú
prefieras.
- Mañana es San Valentín…
- Mejor todavía, ¿entonces cena?
Ella sonrió y él suspiró.
- Si, cena.
El se giró y volvió a su mesa. Sus
amigos no salían de su asombro. El no era del todo consciente de lo que había
pasado. La gente del local aplaudían y sonreían. El camarero se acercó a su
mesa y le dijo:
- Aquí tienes tu cambio. Bien hecho chico. Ya era
hora.
-¿Tanto se me notaba?
-Yo me di cuenta hará cosa de dos meses.
Ella creo que hace menos tiempo.
- ¿Ella también?, ¿todo el mundo se había dado
cuenta?
- Si todo el mundo.
- Si todo el mundo.
Se cruzaron en el camino, el
camarero yendo hacia la barra y ella hacia él.
- Es un buen chico – Le susurró el camarero a la
chica.
- Eso parece -
Contestó ella.
Al llegar a su mesa. Ella le entregó un papel con unas letras escritas.
- Mi dirección y la hora para que me recojas para mañana.
- Mi dirección y la hora para que me recojas para mañana.
- Es verdad, si no… no sabría donde recogerte.
- Por cierto me llamo Nelia.
- Yo me llamo Juan.
Ella se giró y salió por la puerta
con su amiga.
Comentarios
Publicar un comentario