Contestación de una carta de amor.
El destino del amor. ¡Querida mía! Tus palabras han sonado duras y vacías. No sabía que estábamos en ese punto en nuestra relación. Es cierto que omití muchas cosas a lo largo de estos quince años pero nunca te mentí. Si me hacías una pregunta directa, te contestaba, si no preguntabas, no contaba nada. Siempre pensé que no hacías las preguntas adecuadas porque no querías saber. Pensé que ambos aceptábamos la relación que teníamos porque nos necesitábamos. Nuestro proyecto era acabar juntos, envejecer juntos. Y estamos cerca. Te dí tu espacio cuando desaparecías porque entendía que lo necesitabas. Y cuando volvíamos a estar juntos era como si nunca nos hubiésemos separado. Tú eres mi destino. Lo supe nada mas verte en esa cafetería de París. Llevabas dos trenzas africanas que te dejaban la frente totalmente despejada para que yo pudiera ver esos labios carnosos pintados de color burdeos y esa sonrisa que viste toda tu cara como una melodía de una canción melancólica.